Antes que nada, esto fue lo que sonó:
Sí, es verdad que la poesía está simplemente ahí y no tendida como una reina sino en constante transformación de eso que miramos sí, cualquier cosa en la irrazonable materia yendo del tormento hacia la dicha y al revés, como el copo inmaculado de esas flores desgajadas al cenit y ahora sí, decayendo pero al centro se alzan los pimpollos del racimo enlazados al fin por el tiempo aunque el próximo abril otro copo vuelva ingenuo como hoy a florecer sí, para mostrar la perfección de la paciencia en la materia que parece atolondrada claro al no ver que la muerte solo acecha a la belleza y es precisamente sí, su única presa, famélica muere tan parecida a nosotros que tenemos toda la poesía ahí y no tendida sino en labor constante de quien mira y en su carne propia, sí, que no ve otra cosa perdiendo así la ceremonia de la entera materia donde alguien corta como yo un ramo y soy lo cortado esta vez o quizás sí, lo mirado porque es verdad que la poesía está simplemente y no seremos solo nosotros quien la revela o lo revelado. –Diana Bellessi, “Poética”
El libro de esta y de la próxima semana es Viaje sentimental, de Viktor Shklovski.
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Shklovski, un apellido que no les dice mucho. O que lxs manda de vuelta a sus clases de teoría literaria o de narratología cuando deambulaban por las veredas académicas. O que les recuerda aquella novela epistolar sobre el amor que no habla del amor. O aquella teoría de la prosa. O aquella idea de la desfamiliarización. O aquel diagnóstico sobre Tristam Shandy.
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I do not intend in this chapter to analyze Laurence Sterne's novel. Rather, I shall use it in order to illustrate the general laws governing plot structure. Sterne was a radical revolutionary as far as form is concerned. It was typical of him to lay bare the device
[…]
It is common practice to assert that Tristram Shandy is not a novel. Those who speak in this way regard opera alone as true music, while a symphony for them is mere chaos. Tristram Shandy is the most typical novel in world literature.
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No es casual, Tristam Shandy. Porque Laurence Sterne es el precursor de esta obra. En 1768 escribió el texto que hace la crónica de un viaje por Francia e Italia realizado unos años antes. Un viaje sentimental, precursor de Viaje sentimental por otra europa en otros términos.
En el prólogo de Viaje Sentimental, Richard Sheldon dice:
El héroe de Sterne reacciona a sus experiencias con tímidos y piadosos comentarios sobre la falibilidad de la naturaleza humana; el héroe de Shklovski reacciona con exclamaciones de dolor e ira o de amarga ironía. Esta enorme diferencia entre los dos viajes es una fuente de ironía que impregna todo el libro de Shklovski.
Y también, Un viaje sentimental fue una objeción, una plantada de cara, una leve cachetadita a las crónicas y el agrio temperamento del viajero Tobias Smollett, que parece que se cruzó con Sterne mientras ambos andaban mochileando y le cayó en la punta.
Tan mal le cayó que le transmutó el apellido Smollett en Smelfungus –huelehongos, gran mote del elegante menosprecio–, en su texto. “Todo está baldío”, se quejaba el muy amargo ante el paisaje más variado.
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El formalismo de Shklovski tuvo una característica que lo singulariza y le añade interés como postura teórica y como metodología de lectura según un crítico:
No nació de la academia, sino del avant-garde literario y al parejo de la Revolución Rusa.
También leímos “There will come soft rains”, el clásico de Ray Bradbury. Aquí hay una adaptación soviética animada del cuento. Es de 1984.
Presentamos una entrega más de ¡Qué rico el haiku-ku!, un resumen de lo acontecido durante los pasados seis días enunciado siguiendo las restricciones —o las libertades, según se vea— formales de pocas sílabas y pocas líneas.
La lentitud en la que andaba
Era un espejismo confortable que ahora extraño.
Todo el tiempo tengo hambre.
Arriesgue el propio, con confianza.
Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso Harper’s Index: datos duros para preguntas urgentes.
El 13%1 de ustedes dicen que no son partidarixs de la siesta; sienten que lxs amodorra.
El 21% de ustedes dicen que sí, que siestean a diario, si no, no funcionan.
El 66% de ustedes dicen que solo echan la siesta cuando no pueden más de cansancio.
El 38% de ustedes dicen que la duración ideal de la siesta es de no más de 40 minutos.
El 17% de ustedes dicen que la duración ideal de la siesta es de no más de una hora y cacho.
El 43% de ustedes dicen que la duración ideal de la siesta es de no más de 20 minutos.
El 2% de ustedes dicen que la duración ideal de la siesta es de menos de 10 minutos.
Los libros de las próximas semanas, son:
Viaje sentimental, de Viktor Shklovsky (1 de febrero).
Memorias de una osa polar, de Yoko Tawada (8 y 15 de febrero).
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
La hora de la suerte: 23:02
El sonido de la semana: el sonido del golpe del dedo meñique del pie contra la pata de un mueble.
El ser vivo de la semana: Leopardus pardalis
La tonalidad ascendente: Amatista
La tonalidad descendente: Siena
Una nueva entrega de la columna de opinión semanal: “Por eso, pero ¿cómo?”, la serie de consejos no solicitados para problemas cotidianos.
Por eso, pero ¿cómo calmar un pleito en la calle?
Hay un prerrequisto, tiene usted que estar al tanto de dos cifras: su peso en kilogramos (cuidado que es común confundirse con el sistema británico de las stones; es decir, las piedras) y la longitud de sus brazos, del hombro a los nudillos con el puño cerrado, expresado en centímetros (en este caso, y por las referencias históricas obvias, es aceptable usar yardas y pies como unidad de medida).
Porque no sé si sepa usted que el rey Enrique I, hijo de Guillermo el conquistador, y apodado el Beauclerc, el sabio, vencedor sobre su hermano Roberto al que le disputaba el trono, y a quien encerró en prisión durante toda su vida después de derrotarlo en Tinchebray, decretó que la yarda era la distancia de la punta de su nariz a la uña de su pulgar al estirar el brazo horizontalmente y hacer un puño y alzar el dedo en cuestión como si pidiera aventón.
Esos dos datos los puede conseguir en una farmacia con consultorio médico adjunto. Enuncie con voz firme y tono ecuánime: “¡VOY A MEDIRME; NO TARDO!”
Tome un turno. La consulta y las medicinas que le receten las tendrá que pagar al final. Aunque pida que la autoridad médica le proporcione estas medidas terminará pagando un par de analgésicos y quizá un antibiótico controlado.
Regrese al sitio del pleito. No corra, porque gastará energías. Al llegar enuncie con voz firme y tono ecuánime: “¡ESTOY DE VUELTA!”
La pelea seguramente seguirá, quizá habrá escalado en intensidad y violencia. Con esos dos datos frente a usted, mire atentamente a las personas que pelean. Y pregunte en voz firme y tono ecuánime: “¿ALGUNO/ALGUNA DE USTEDES PESA MENOS DE [inserte aquí la primera de las dos cifras, con atención a enunciar claramente la unidad de medida para evitar confusiones]? Y, ¿ALGUNO/ALGUNA DE USTEDES TIENE BRAZOS QUE MIDEN MENOS DE [inserte aquí la primera de las dos cifras, con atención a enunciar claramente la unidad de medida para evitar confusiones]? Espere respuesta.
Si la respuesta es afirmativa, entonces intervenga que la física estará de su lado.
Si la respuesta es negativa, entonces con amabilidad y énfasis, infórmeles que por razones que la genética, la alimentación, las costumbres de actividad física desde temprana edad y los hábitos sedentarios, su cuerpo no es el adecuado para inmiscuirse en problemas ajenos y aléjese sin darles la espalda.
Si no obtiene respuesta, repita las instrucciones del punto 6. Espere respuesta.
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
Araña que habla [Enero - Febrero]
Con tan original personaje, no tenía más remedio que obedecer ciegamente.
Kraken miniatura [Marzo - Abril]
¿No sería que, en realidad, me quedé dormida sobre un libro de cuentos y estaba soñando?
Gato bicéfalo [Mayo - Junio]
Recuerdo la fecha y el lugar, el césped, la sombra de los grandes árboles y la larga tarde de ese cálido verano.
Esporas Interminables [Julio - Agosto]
La última historia, aunque incompleta y parecida a la introducción de un serial, ya había sido contada.
Moscardón [Septiembre - Octubre]
Nada contesté a esta pregunta, por una sencilla razón. Aquellas letras, pronunciadas una a una, no tenían ningún sentido.
Caldo primigenio [Noviembre - Diciembre]
Recuerdo todo el comienzo como una sucesión de altibajos, un vaivén de emociones, unas mejores y otras peores.
Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Julio Verne y Henry James.
La muestra poblacional es caprichosa –limitada por el magro alcance de mis propias redes sociales– y el margen de error es, como dirían los escolásticos, una cuestión de fe.
Hola Pablo!, muchas gracias por el boletín. Tienes escritores que sigas en substack?