Antes que nada, esto fue lo que sonó:
Nombrar y controlar los caudales de los ríos es una labor de hidrólogos, geógrafos, militares e ingenieros que atienden formas convenientes de desviar los lechos, de cercarlos, de secarlos: para que se ajusten a formas caprichosas y tuberías. Guadal quiere decir río. Guadalupe es el nombre de un río de lobos. ¿Imaginamos un río de lobos en las mesetas que cobija riachuelos, arroyos, y comunidades de vida comunicándose en una lengua que no sea la lengua del imperio? Un río de lobos que despierte que corra: ajeno a la lengua del imperio. Un río de lobos que alimente y limpie las palabras, las frases, las ideas imperiales que contra mis propios fluidos y linfas he pronunciado: con las que les lastimé, palabras con las que se agarraron vínculos y destejieron enredaderas. Sigo buscando cómo recuperarnos de este caos doloroso. Sigo buscando un caudal y una lengua que acerque y fluya libre: una lengua vernacular que nos comunique y nos vincule con el baldío de al lado. Hablar en lobos en moléculas, comprender el modo en el que el azar nos entreteje y nos tiende variables: atender la variabilidad, la fotosíntesis y la verdosidad del aire y de las hojas: recuperar las nubes de la infancia. –Maricela Guerrero, “Ríos”
El libro de esta semana y de la semana siguiente es Fat City, de Leonard Gardner.
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El nombre Leonard Gardner en Wikipedia aparece atribuido al novelista y a dos deportistas ausrtalianos que sin embargo andan o andaban por el mundo llamándose Len y Len. Gardner, el que nos interesa, practicó el boxeo como amateur en Stockton; nunca compitió profesionalmente. Pero sí fue extra en una película de Francis Ford Coppola. En Tucker, aparece en los créditos como “Gas Station Owner”.
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¿Cuántas maneras hay de decir que esta novela es de boxeo pero no es de boxeo?
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¿Y qué pasó después? ¿Qué extraño efecto produjo ese libro en ese escritor? Leonard Gardner nunca volvió a publicar otro libro. A principios de los setenta trabajó en la adaptación con John Huston y luego soltó un par de cuentos para revistas como Paris Review, pero nada más. Dijo que Fat City tenía originalmente cuatrocientas páginas y en el proceso de corrección eliminó más de la mitad para que cada frase tuviera una importancia única en la trama. Quizás un escritor así solo puede escribir un libro. Ahora tiene más de noventa años y hace veinte que asegura, al que se lo pregunta, que está “puliendo una novela”
Esto escribe Mauro Libertella, en el prólogo a la edición en español de la novela.
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Tenía los hombros hundidos, aplastados bajo la opresión de ese cuarto, de ese callejón sin salida que era todo su ser, de esa frustración absoluta que eran su sangre, sus huesos, su carne.
Esto dice sobre uno de los personajes de la novela, Billy Tully, un boxeador de talento ralo que perdió el paso y encontró el solaz incierto del alcohol.
Y esto dice él en una entrevista para el Paris Review.
When I was a kid, Stockton had a population of eighty thousand. It was a hot boxing town, and we never turned out a champion. There was nobody remotely like a champion.
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Además, hubo chance de conversar con Santiago La Rosa, uno de los editores y fundadores de Chai Editora junto con Soledad Urquía. Aquí un par de fragmentos.
Aquí un poco de la historia de origen de la editorial:
Y aquí algo sobre los consejos y advertencias que recibieron al fundar la editorial:
Presentamos una entrega más de ¡Qué rico el haiku-ku!, un resumen de lo acontecido durante los pasados seis días enunciado siguiendo las restricciones —o las libertades, según se vea— formales de pocas sílabas y pocas líneas.
Andar casi enfermo sin estarlo
Tuerce la percepción y deforma las conclusiones:
Palabra algodonosa.
Arriesgue el propio, con confianza.
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Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 2% de ustedes1 dicen que saben tocar un instrumento musical y lo hacen con maestría.
El 8% de ustedes dicen que saben tocar más de un instrumento musical.
El 66% de ustedes dicen que no, que no saben tocar un instrumento musical.
El 24% de ustedes dicen que sí saben tocar un instrumento musical, pero nomás unas canciones.
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
El sonido de la semana: el sonido de un vecino que lava su auto en la banqueta.
El olor de la semana: el olor que sale al abrir una bolsa de arándanos deshidratados.
Insulto de la semana: Litri
El ser vivo de la semana: Hemiblabera tenebricosa
La tonalidad ascendente: Naranja persa
La tonalidad descendente: Púrpura eléctrico
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
Cuanto más se experimentan como masa los seres humanos, más rápido adquieren fuerzas creativas, en el ámbito de lo espiritual.
La «tierra prometida», como sucedía en tantas migraciones de la Historia, simplemente no existía.
Un sujeto que se interpreta y construye como capital humano tanto para sí mismo como para la empresa, o el Estado, está en riesgo constante de fallar, de volverse redundante y de ser abandonado sin que haya hecho nada para merecerlo.
Ambas contienen su verdad bajo varias capas de ruinas, de reconstrucción y de actividad contemporánea.
En su caso se trataba, pura y llanamente, de un acto automático, tomado en medio del más que tambaleante e incierto vacío.
Cada imagen del hombre se define en oposición a otras posibilidades
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Wendy Brown y Mercedes Monmany.
La muestra poblacional es caprichosa –limitada por el magro alcance de mis propias redes sociales– y el margen de error es, como dirían los escolásticos, una cuestión de fe.
Amé las ilustraciones del milenario e infalible zodiaco de la desgana! Para cuándo la merch oficial de la telegrafía?