TSH 31.01.24
Antes que nada, esto fue lo que sonó:
¡Qué esfuerzo! ¡Qué esfuerzo del caballo por ser perro! ¡Qué esfuerzo del perro por ser golondrina! ¡Qué esfuerzo de la golondrina por ser abeja! ¡Qué esfuerzo de la abeja por ser caballo! Y el caballo, ¡qué flecha aguda exprime de la rosa! ¡qué rosa gris levanta de su belfo! Y la rosa, ¡qué rebaño de luces y alaridos ata en el vivo azúcar de su tronco! Y el azúcar, ¡qué puñalitos sueña en su vigilia! Y los puñales diminutos, ¡qué luna sin establos!, ¡qué desnudos, piel eterna y rubor, andan buscando! Y yo, por los aleros, ¡qué serafín de llamas busco y soy! Pero el arco de yeso, ¡qué grande, qué invisible, qué diminuto, sin esfuerzo! –Federico García Lorca, “Muerte”
El libro de la semana pasada, y la antepasada, es La ciudad solitaria, de Olivia Laing.
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¿Qué tiene Hopper? Cada cierto tiempo surge un artista que articula una experiencia, no siempre de manera consciente o voluntaria, pero con una intuición y una intensidad que producen asociaciones imborrables.
escribe Laing en el capítulo dedicado al pintor. Y poco más adelante apunta esto:
...las escenas urbanas de Hopper reproducen además una de las experiencias centrales de la soledad: cómo la sensación de separación, de estar rodeado por un muro o encerrado, se mezcla con una sensación de vulnerabilidad casi insoportable.
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Quizá usted lo sabía y lo había percibido desde hace tiempo. Yo fue hasta que Olivia Laing lo señaló que me di cuenta: en el famosísimo cuadro Nighthawks, que cuelga en una de las paredes del Art Institute of Chicago, no hay puerta. Los cuatro personajes que están dentro del diner, inspirado en uno visto por Hopper en Greenwich Avenue, no tienen manera de entrar ni de salir. Ese sitio es una burbuja de soledad: un aparador y una celda.
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La soledad es acumulativa, tiende a crecer y a perpetuarse. Una vez se ha instalado, no es nada fácil desalojarla.
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Josephine Verstille Nivison, también conocida como Jo, fue una pintora. Pero después de convertirse en “la esposa de Hopper”, su carrera se detuvo hasta desaparecer prácticamente. Y el papel de Edward en esto, según cuenta Laing, fue decisivo: saboteó y ninguneó a la carrera artística de su pareja. Jo dejó su obra al museo Whitney después de su muerte en 1968. Dos años después el museo desechó la mayoría de los cuadros.
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Según Carl Jung
el ave es el símbolo más apropiado de trascendencia. Representa la peculiar naturaleza de la intuición al actuar a través de un médium, es decir, un individuo que es capaz de obtener conocimiento acerca de sucesos lejanos —o hechos de los cuales nada sabe conscientemente— cayendo en una especie de trance.
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Hay una soledad en el lenguaje también.
Esta inestabilidad lingüística, esta exhibición de cambios de nombre, característica de los emigrantes, aniquila desde el primer momento la reconfortante idea de que existe un nexo infalible entre las palabras y las cosas
Y más adelante, en el capítulo que le dedica a Warhol:
El lenguaje es común. No es posible tener un lenguaje completamente privado. Esta es la teoría que expuso Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas, una refutación de la idea de Descartes del ser solitario, atrapado en la cárcel del cuerpo, que duda de la existencia de los demás. Imposible, afirma Wittgenstein. No podemos pensar sin lenguaje, y el lenguaje es por naturaleza un juego público, tanto en lo que se refiere a su adquisición como a su transmisión.
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La historia de la escritora y feminista radical Valerie Solanas es asombrosa. Sufrió tremendamente; vivo en el extremo de la precariedad y de la furia. Colaboró en el Village Voice. Escribió una obra de teatro titulada Up Your Ass. Le disparó dos balazos a Warhol. Escribió el Manifiesto SCUM.
SCUM va en contra de todo el sistema, del propio concepto de la ley y el gobierno. SCUM nace para destruir el sistema, no para conquistar un puñado de derechos dentro de él.
La diagnosticaron con trastorno paranoico y esquizofrenia. Pasó por las crueles instituciones de la salud pública y la aún más terrible indigencia en la calle. Vivió, según Laing, algunos años de felicidad y relativa paz en la década de los setentas. Murió de neumonía en San Francisco. Vivió 52 años.
También leímos un cuento de María Fernanda Ampuero. “Invasiones” se llama. Así comienza:
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Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 17% de ustedes dicen que se consideran expertos en más de un tema en la vida.
El 14% de ustedes dicen que se consideran expertos en un tema nada más en la vida.
El 69% de ustedes dicen que se consideran no se consideran expertos en nada, que son aprendices en todo.
El 22% de ustedes dicen que no son nada ubicadxs ni orientadxs; siempre se pierden.
El 51% de ustedes dicen que más o menos se defienden con ser ubicadxs.
El 28% de ustedes dicen que son perfectamente ubicadxs; nivel ave migratoria.
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
El elemento anatómico de la semana: Nervio esplácnico
El elemento meteorológico de la semana: Jamsin
Insulto de la semana: Mendaz
El ser vivo de la semana: Tragulus kanchil klossi
La tonalidad ascendente: Naranja persa
La tonalidad descendente: Porcelana
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
No era por completo consciente de la seducción que ejercía. La descubría poco a poco, a medida que se desplegaba, ajena a su persona.
Hablaban la misma lengua, veían el mundo del mismo modo. Costaba creer que un día fueron enemigos.
Le habría gustado acariciar esos objetos, sostenerlos en la mano un rato, agradecerles que siguieran allí.
Todo sistema, para ser viable, necesita cierta rigidez que puede ser interna o externa a los elementos que la componen.
Ese centro hacia el cual se tiende y al cual se aspira no puede brindarlo la realidad segunda y derivada que el pensamiento japonés concede al yo.
Tal vez no podemos compartir plenamente la ilusión, pero lo que justifica nuestro esfuerzo es que, al alimentarla en los otros, esa ilusión nos procura al menos la ocasión de calentarnos a la luz de la llama encendida en esas jóvenes almas.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Leila Slimani y Claude Levi-Strauss.