Como siempre, aquí está lo que sonó en el programa.
Mira el grupo de hormigas.
¿te esperan en tu casa? ¿Tienes tiempo?
Siente la comezón, el color rojo
mientras repites ácido –leíste–
ácido fórmico.
El piso desde cerca. Un letrero que dice:
Respete la señales.
Más adelante otro: Jesus es la respuesta
siempre y cuando
la pregunta no sea
cuál es el peso atómico del cadmio.
Ángel Ortuño, “Felices los felices”
Este fue el artículo que detonó al programa. “The Dream of Open Borders Is Real—in the High Arctic”, escrito por Atossa Araxia Abrahamian. Lo publicó The Nation.
Y hubo varios temas asociados, uno de ellos, el problema paradójico del exceso de turismo. Esa resbaladilla conceptual, porque digamos que si lo vamos pensando con cuidado, llegamos a la conclusión de que todo turismo es ya demasiado. En cierto sentido, la literatura de viaje es también la literatura de una extinción por venir. Este link está desesperante porque parece relatar inevitabilidades. “More Arctic Tourists Mean More Conflicts With Polar Bears”
Otro, el de la fantasía de los recursos inagotables. Y aquí quizá la recomendación sea correr a leer este librazo. Se llama The Wizard and the Prophet, lo escribió Charles C. Mann, y en él cuenta la historia de dos vatos con posturas antagónicas frente a nuestra relación con el mundo que habitamos: Norman Bourlag y William Vogt. El primero estaba convencido que la técnica, la investigación y la intervención activa y profunda nos permitiría transformar la naturaleza en algo mucho más productivo, mucho más benéfico para los seres humanos. El segundo, no; estaba convencido de que sacar las manos, respetar los ciclos y minimizar las huellas era la ruta. Tremendo debate. Y librazo. [Este seguro lo comentamos en un programa futuro porque es mucho más complejo y lleno de detalles que esta resumen simplificado hasta el tamaño del tuitazo.]
El archipiélago de Svalbard es famoso también por el proyecto para resguardar las semillas para cuando llegue el apocalipsis.
Una nueva entrega de la columna de opinión semanal: “Por eso, pero ¿cómo?”, la serie de consejos no solicitados para problemas cotidianos.
Por eso, pero ¿cómo hacerle para que quepa todo lo que necesito en la maleta?
La duración del viaje se sabe o no se sabe. Si no se sabe, agradezca y continúe. Si se sabe, deje de leer porque ya perdió el vuelo.
Si sigue con nosotros, le tenemos que informar que su viaje está en entredicho.
No, no lo está por culpa nuestra. Es culpa suya y estamos aquí para ayudarle a entender cómo fue que provocó esta situación. Si cree que exageramos, le pedimos que deje de leer. Si lo considera justo, espere un momento.
Las únicas razones que ahora nos aparecen disponibles son las siguientes. Le pedimos por favor que haga un ejercicio de introspección honesto y elija la que corresponda. Si le parece que ninguna es precisa, deje de leer; es claro que no entendería.
“Olvidé pagar las cuotas excedentes por no tramitar el visado con la antelación reglamentaria.”
“Reservé en un momento de debilidad y ahora he perdido el interés.”
Si la razón que explica por qué usted ha sido el culpable de que su viaje esté en entredicho es la primera, entonces por favor deje de leer y acuda a su institución bancaria a solventar esas cuotas.
Si la razón que explica por qué usted ha sido el culpable de que su viaje esté en entredicho es la segunda, entonces hemos llegado al núcleo del asunto.
No es por juzgar, pero ya nadie tiene intereses duraderos. Todo es efímero. Antes las cosas duraban más. Ahora la gente no tiene capacidad de atención. Ya nadie se concentra ni se compromete con nada. Con todo respeto. Cualquier cosa es lo más importante en un instante y al que sigue es un olvido. Nada nos atrapa más de dos segundos. Digo, antes podíamos mantener una idea en la cabeza semanas, meses. Y ahora ya todo se nos olvida. Y si no nos emociona pues peor. Y todo nos emociona un segundo para desilusionarnos al que sigue. La verdad. Nadie lo dice, pero así es. No lo digo por usted. Es en general. No es personal. No se lo tome así.
Firme aquí.
Estaremos en contacto pronto para informarle la duración de su viaje.
Y una entrega más de la sección intitulada, Qué solazo el aguacero, dedicada a reportar el clima de los próximos siete días en algún punto específico del planeta que compartimos.
En esta semana: Longyearbyen, en Svalbard
Jueves: 3/0. Apenas nublado. Deje todos los pendientes y salga a ponerle cara al sol. Directo, el rostro como girasol, para no desperdiciar ni uno de los rayos. Es de esos días de acopio.
Viernes: 3/2. Medio nublado. Todo por servir se acaba. Ni mire arriba porque estará todo gris. Igual que abajo. Si mira para arriba puede desorientarse y tropezar.
Sábado: 3/2. Nublado. Cuidado con la gente que tropezó ayer y cayó. Lo que menos quiere uno es tropezar con un tropezado. Si quiere, nomás con un suéter la arma hoy.
Domingo: 3/-1. Nublado. Ora sí enfrió. Mejor póngale chamarra al suéter por la tarde. Aunque, seamos sinceros, no hay razón para salir en la tarde.
Lunes: 1/-1. Nublado. Según dicen los lunes son detestables en todos lados. No se deje llevar por malas influencias: los vientos, el factor de congelamiento y la gangrena son maravillas de la naturaleza.
Martes: 0/-2. Caída de nieve. Esta nieve es muy similar a la de la semana pasada. Pero no recuerde que el pasado ya pasó.
Miércoles. -1/-3. Caída de nieve. Esta nieve es la misma que la de ayer porque nunca dejó de caer. Porque recuerde, el presente no termina.
Deje por favor un comentario como testimonio de que pasó por aquí. Gracias.
Por aquí pase y ya me suscribí ☺️
Pase por aquí y después de leer, sigo con una sonrisa en mi cara, muchas gracias