Primero que nada, esto fue lo que sonó.
Déjame hablar, mordaza, una palabra
para decir adiós a lo que amo.
Huye la tierra, vuela como un pájaro.
Su fuga traza estelas redondas en el aire,
frescas huellas de aromas y señales de trinos.
Todo viaja en el viento, arrebatado.
¡Ay, quién fuera un pañuelo,
sólo un pañuelo blanco!
– Rosario Castellanos “La despedida”
El programa de hoy tuvo que ver con la antipatía, los personajes odiosos y el melodrama. Todo a partir de la novela de esta semana, Los golpes, de Jean Meckert.
Felix, el personaje, es violento e insumiso y rebelde y petulante y temeroso y jactancioso y en constante búsqueda de sí mismo, está claramente atravesado por preocupaciones grandes y triviales, por su lugar en el mundo, por el lugar y las perspectivas que su clase le otorgan y por los imperativos de ser hombre en la Francia de los treinta.
Hay en el dramón algo melodramático. Un melodrama que el personaje impugna en su pareja pero no reconoce en sí mismo. No hay distancia irónica; el cinismo es manipulador e histriónico. Un personaje de esos que son difíciles de seguir.
Hay muchas otras cosas más ahí, evidentemente.
Y por lo mismo, me parece, vale la pena leerlo.
El título para la próxima semana //2 de febrero//: Declaración de las canciones oscuras, Luis Felipe Fabre
Y para dentro de dos //9 de febrero//: Oldsmobile 1962, Ana Basualdo
Una nueva entrega de la columna Los libros no se rayan:
“Palabras como munición inofensiva. Cada uno con su saquito, como una batalla de confetis, tan amable como inútil”. (Jean Meckert)
“Sos los saqueadores del mundo; ahora que ya han devastado todas las tierras, miran al mar: si el enemigo es rico, son avaros; si es pobre, ambiciosos, porque no los han saciado ni sus conquistas a Oriente ni a Occidente. Son los únicos que desean las tierras ricas y pobres por igual: robar, atesorar, saquear es su definición para ese falso imperio; donde lo arrasan todo, dicen que hacen la paz”. (Calgaco, un jefe caledonio probablemente inventado por Tácito).
Exutorio (m. Med.) Úlcera que se deja abierta para que supure con un fin curativo.
Una nueva entrega de la columna de opinión semanal: “Por eso, pero ¿cómo?”, la serie de consejos no solicitados para problemas cotidianos.
Por eso, pero ¿y si el insoportable es uno?
Lo más razonable es que sí.
Lo más probable es que sí.
Lo más lógico es que sí.
Lo más natural es que sí..
Lo más seguro es que sí.
Aunque,
no necesariamente,
no precisamente,
no exclusivamente,
o sí.
Deje por favor un comentario como testimonio de que pasó por aquí. Gracias.
¡Maestro! Felicidades. Soy fan de El otro newsletter, principalmente porque me inspira. Me encanta este formato, y también me encanta su columna “Por eso, pero ¿cómo?". Muchas gracias