Antes que nada, esto sonó:
(Y una canción extra)
Los hongos nacen en silencio; algunos nacen en silencio;
otros, con un breve alarido, un leve trueno. Unos son
blancos, otros rosados, ése es gris y parece una paloma,
la estatua de una paloma; otros son dorados o morados.
Cada uno trae –y eso es lo terrible– la inicial del muerto
de donde procede. Yo no me atrevo a devorarlos; esa carne
levísima es pariente nuestra.
Pero aparece en la tarde el comprador de hongos y
empieza la siega. Mi madre da permiso. Él elige como un
águila. Ese blanco como el azúcar, uno rosado, uno gris.
Mamá no se da cuenta de que vende a su raza.
Marosa di Giorgio, 1971
Este fue el artículo sobre Lynn Margulis, “Más Margulis, menos Darwin”, de Sabina Caula y Sandra Caula.
Estos son los dos textos sobre estos billonetas restregándole al mundo su opulencia.
“The Billionaire Space Race Is the Ultimate Symbol of Capitalist Decadence”, de Luke Savage.
“Why is Bezos flying to space? Because billionaires think Earth is a sinking ship”, de Hamilton Nolan. (Saboreen el primero enunciado del texto, por favor).
Una nueva entrega de la columna de opinión semanal: “Por eso, pero ¿cómo?”, la serie de consejos no solicitados para problemas cotidianos.
Por eso, pero ¿cómo hago para que mi fortuna no se termine?
No preste ni fie.
No haga cuentas.
¿No ha considerado un préstamo?
No sé por qué se pone así, era únicamente una pregunta.
No tenga dinero.
La historia del símbolo de la adición, salió de acá.
El lenguaje de las matemáticas. Historias de sus símbolos, de Raúl Rojas González.
Si les apetece, lancen sus comentarios.
También me hizo experimentar algo parecido a la esperanza, lo de Margulis. Se lo leeré a mi hija.
¡Super!