TSH 20.09.23
Hoy no sonó nada porque no hubo programa. Pero aquí hay una lista de canciones que podrían haber sonado en aquel universo subjuntivo.
“Dejo, a mi esposa, mi segunda mejor cama…”
(testamento de Shakespeare)
La cama en la que nos amábamos era un mundo en rotación
de bosques, castillos, antorchas, riscos, mares
donde él buceaba perlas. Las palabras de mi amante
eran estrellas fugaces que caían a la tierra como besos
sobre estos labios; mi cuerpo a veces una rima imperfecta
de su cuerpo, como un eco, o asonancia; sus caricias
un verbo bailando en el centro de un sustantivo.
Algunas noches, soñaba que él me había escrito, la cama
una página bajo su mano de escritor. Romance
y drama interpretados por el tacto, el gusto y el olfato.
Y en la otra cama, la mejor, nuestros huéspedes dormitaban
babeando prosa. Mi amor vivo y alegre
yace en el ataúd de mi cabeza de viuda
como él yacía conmigo en aquella segunda mejor cama.
–Carol Ann Duffy, "Anne Hathaway"
Sin programa, estoy a la deriva. Y las posibilidades se multiplican al punto de que aquí puede no aparecer cosa alguna. O puede aparecer casi cualquier cosa. Como esto:
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En la Rusia atravesada por los estertores del régimen zarista y los inicios del estallido bolchevique se creó un equipo especial de investigación que llevaba el nombre de Sección Decimotercera. Su objetivo: “inspeccionar la actividad de las fueras oscuras” en los altos círculos del poder. Aunque me los imagino como el Bureau for Paranormal Research and Defense del que forma parte el demonio carmín y bienintencionado Anung Un Rama, la realidad no es así. Pero tampoco tan distinta: era un equipo que investigaría los quehaceres, queveres y despapayes de Rasputín y su séquito.
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And yet some nameless anxiety colored the emotional charges between me and the place that I came from. The question of whether or not you could go home again was a very real part of the sentimental and largely literary baggage with which we left home in the fifties; I suspect that it is irrelevant to the children born of the fragmentation after World War II.
Esto escribió Joan Didion, en su ensayo “On going home”.
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Primitivo Ron, fue el nombre de joven que asesinó al gobernador de Jalisco a finales del siglo XIX. Después de darle unas cuchilladas, unos cuentan que él mismo se dio cuatro puñaladas en el pecho; una de ellas le reventó el corazón. Otros, entre ellos el Dr. Atl, dice que fue otra persona –un policía quizá–, quien mató al asesino. Había sido hijo de un maestro de escuela y el mismo fue profesor de la escuela de Mezquitán. En un bolsillo traía un manifiesto de una prosa hiperventilada y bronca. A su cadáver le cortaron el “brazo homicida” y lo expusieron en el anfiteatro y quizá después en un museo. Quienes lo conocieron dicen que tenía un tic nervioso por el que constantemente contraía un extremo de la boca y guiñaba el ojo izquierdo sin parar.
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Me gustaría morir leyendo, nadie escuche en esta declaración la construcción pedante para una mitología intelectual, ya que podría leer cualquier cosa. No desearía a mi lado la vigilancia ansiosa de parientes y amigos, sino unas últimas líneas que me transportaran, como siempre, más allá, a las vidas que no son las mías, a palabras escritas por quienes quizás han muerto hace años, puede ser una vulgar lista de catálogos, más fácilmente un prospecto; que la muerte me alcance en el momento en que el sentido se me escapa y no sepa si sueño que leo y eso es morir o si ya olvidé mi lengua y lo ignoro, irme como cuando no se recuerda por qué copa se va o qué saque o como en una sobredosis.
Eso escribe María Moreno, al final de su libro Contramarcha.
Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 14% de ustedes dicen que se llevan fatal, que no pueden con el consumo de productos lácteos.
El 50% de ustedes dicen que con el consumo de productos lácteos experimentan algunos síntomas adversos pero en general bien.
El 36% de ustedes dicen que ningún problema con el consumo de productos lácteos.
El 34% de ustedes dicen que nunca han tenido ocasión de ir a un ministerio público.
El 54% de ustedes dicen que sí han tenido ocasión de ir a un ministerio público.
El 12% de ustedes dicen que han tenido ocasión de ir a un ministerio público, pero solo para acompañar a alguien más.
El libro de las próximas semanas es La glándula de Ícaro, de Anna Starobinets.
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
El sonido de la semana: el sonido de una pluma que cayó atrás del escritorio.
El olor de la semana: el olor a plástico quemado que entra por la ventana pero no parece tener origen.
Insulto de la semana: Rábido
El ser vivo de la semana: Latrodectus hesperus
La tonalidad ascendente: Almagre
La tonalidad descendente: Lima eléctrico
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
La afirmación es conmovedora y pretende serlo. es insistente y su insistencia nos conmueve.
Lo que interesan son los episodios, en este caso el episodio de nuestra timidez.
La mayor parte del tiempo la mayor parte de las personas quieren vivir eternamente.
El espíritu de la negación ha sido tan activo, tan seguro de sí mismo y tan intolerante, que los lugares comunes sobre los románticos nos inducen a preguntarnos si nuestra salvación, si la salida, no es lo romántico.
La vida es finita, pero los sentimientos y los pensamientos que provoca parecen infinitos.
La memoria y la imaginación ubican al individuo en el momento presente, pero ante un pasado y un futuro, cada uno de los cuales puede considerarse un círculo que se cierra sobre el presente.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Wallace Stevens e Iona Heath.