Antes de empezar, esto fue lo que sonó:
Eramos dioses y nos volvieron esclavos. Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata. Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras. Eramos felices y nos civilizaron. Quién refrescará la memoria de la tribu. Quién revivirá nuestros dioses. Que la salvaje esperanza sea siempre tuya, querida alma inamansable. —Gonzalo Arango, “La salvaje esperanza”
El libro con el que terminamos este año de Club de lectura que no es un club de lectura, fue Chelsea Girls, de Eileen Myles.
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En el texto brutal titulado “El alcoholismo de mi padre”, Myles detalla con ese vértigo con el que escribe en todo el libro, lo que fue su infancia compartida con un padre alcohólico. Quizá el vértigo está un poco ralentizado. Quizá la velocidad sea menor, pero la sensación de estar cayendo hacia el vacío es la misma en este como en los demás textos del libro. Y ahí, escribe cosas conmovedoras y devastadoras como esta:
A mi madre le gustaba que mi padre estuviera enfermo porque así se quedaba en casa y nos divertíamos y lo podíamos cuidar. Estaba todo bajo control. Tenía úlceras también. Parecía todo normal, pero su cuerpo no estaba nada bien: Eso era ser adulto, ser un hombre. Se iba desmoronando.
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En otro pasaje del estrujante capítulo, “1969”, Myles abre con una frase lapidaria —que ya había aparecido en el boletín anterior—: “No se puede forzar una historia que no quiere ser contada”. Pero lo curioso es que, un poco más adelante, menciona que que camina colina abajo y recuerda que en esa época había una canción sonando en todas las radios de su localidad: “Good Morning Starshine”.
Esa canción la canta Oliver, músico gringo que está en el Salón de la Fama de Carolina del Norte, su estado natal. La canción fue parte del musical Hair. cuenta en las primeras líneas un musical rock que fue transgresor en su momento —¡hablaba de drogas! ¡había un desnudo en escena! ¡se trataba con irreverencia a la bandera gringa!—, aunque la música no le gustó a muchos. Se dice que Lennon opinaba que eran aburridas las canciones. Pero el punto es que “Good Morning Starshine”, el gran éxito de Oliver y de las canciones memorables del musical, es, ni más ni menos, que la canción que cantan el agente Moulder, la agente Scully, Leonrad Nemoy, Smithers, el Sr. Burns y todo el ensamble de los Simpsons en el capítulo en el que Homero confunde a Burns con un extraterrestre.
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En 1958 se publicó en Medellín el “Primer Manifiesto Nadaista”. Con esta proclama, un grupo de escritores colombianos, entre ellos Gonzalo Arango y Amílcar Orozco, querían desmarcarse de una realidad que consideraban caduca, apestada y moribunda. Entre otras cosas, el texto largo dice
El Nadaísmo, en un concepto muy limitado, es una revolución en la forma y en el contenido del orden espiritual imperante en Colombia. Para la juventud es un estado esquizofrénico-consciente contra los estados pasivos del espíritu y la cultura.
Se propusieron fundar una revista, Nada, y en su convocatoria enlistaron los ideales que los animaban: “locura, viscosidad, revolución, desorden, belleza nueva y verdad desvestida”. Doce años después de la publicación del manifiesto inaugural, se publicó el primer número de Nadaísmo 70, el nombre que finalmente llevó la revista. Se publicaron ocho números en total.
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En su ensayo “Del culto a los libros”, Borges concentra su atención en el que para él fue el momento de transición entre la primacía de la cultura transmitida de forma oral y la que se transmite por la vía impresa. Según él, fue el personaje histórico del obispo de Milán Ambrosio Aurelio, en el siglo IV quien protagoniza este momento. Fue él, San Ambrosio, quien contrario a toda tradición y costumbre, comenzó a leer el texto que tenía frente a sus ojos en silencio. Lo cuenta San Agustín en sus Confesiones:
Cuando él leía [Ambrosio, obispo de Milán], recorrían las páginas los ojos y el corazón profundizaba el sentido, pero la voz y la lengua descansaban. Muchas veces, estando nosotros presentes –porque a nadie se le prohibía la entrada, ni había costumbre de anunciarle al visitante–, le vimos leer así en silencio y jamás de otra manera.
Y luego, el santo de Hipona especula sobre las posibles razones por las que su patrono y bautizador practicaba esta forma tan anormal de lectura:
Tal vez se guardaba temiendo que un oyente, atento y cautivado ante un pasaje un tanto oscuro del autor que estaba leyendo, lo obligase a explicar o discutir algunas cuestiones más difíciles y que, por el tiempo empleado en ese menester no pudiese leer tantos volúmenes como quisiera. Aunque acaso también el cuidar su voz que se le enronquecía con mucha facilidad, pudiera ser el verdadero motivo de que leyese en silencio.
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Esto cuenta John Cage en uno de sus ensayos:
“Probablemente ustedes ya se saben el cuento de los monjes, pero se los voy a contar de todas maneras. Iban caminando un día cuando llegaron a un río donde estaba esperando una jovencita a que pasara alguien que le ayudara a atravesar el río. Sin vacilar, uno de los monjes la levantó en brazos y la llevó al otro lado poniéndola otra vez en el suelo. Los dos monjes siguieron caminando y, después de algún tiempo, el segundo, sin poderse reprimir, le dijo al primero: “Tú sabes que no nos está permitido tocar a una mujer. ¿Por qué levantaste a esa mujer y la pasaste al otro lado del río?”. El primer monje le dijo: “Ya ponla en suelo. Yo lo hice hace dos horas”.
Además, leímos el cuento “El robo”, de Katherine Anne Porter. Así comienza:
Tenía el bolso en la mano cuando entró. Parada en medio de la habitación, sujetándose el albornoz y arrastrando una toalla húmeda con una mano, examinó el momento inmediatamente anterior y recordó todo con claridad: sí, lo había abierto y lo había vaciado esparciendo su contenido sobre el banco, después de secarlo con el pañuelo.
Aquí está el cuento completo en inglés.
Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 7% de ustedes dicen que son cero proclives a llorar en la vida cotidiana.
El 37% de ustedes dicen que son poco proclives a llorar en la vida cotidiana; solo con lo más conmovedor.
El 42% de ustedes dicen que con frecuencia lloran en la vida cotidiana; en diversas situaciones.
El 14% de ustedes dicen que lloran muchísimo en la vida cotidiana; es su manera de existir.
Esta es la penúltima entrega del boletín de este año. En apego al compromiso con la mejora continua y con los más altos estándares de calidad, quisiera pedirles un poco más de su tiempo para que me digan qué no les gusta, que les gusta, qué puede mejorar de este boletín. Con toda confianza. De antemano, estoy muy agradecido:
Regresó la columna, ¿Suerte?, una oferta de datos y hechos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
La cifra de la semana: 5, el número de grados promedio que se reclinan los asientos de los aviones en clase turista. Esto en el caso que el avión lo ofrezca, porque la tendencia en los aviones de aerolíneas de bajo costo es a instalar asientos menos costosos, que requieran menos mantenimiento y que no se reclinan.
El personaje mitológico de la semana: Camamotz, una deidad maya en forma de murciélago y asociado con el inframundo.
La doctrina filosófica de la semana es: Individualismo abierto
La unidad métrica de la semana: el dracma medicinal
El objeto de la semana es: La máquina expendedora de botanas
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
También la diferencia entre la buena y la mala noticia se la comieron los años.
Se le notaba en la voz que, mientras hablaba, hubiera querido evitar cada palabra.
Lo que se puede decir sin voz también se puede cantar sin voz.
¿Quién quiere despertar al demonio de la envidia?
Este manuscrito es para cuando haya terminado mi juicio, sea cual sea el resultado.
Las horas que siguieron fueron raras, inquietantes, irreales, cotidianas. A lo mejor, lo que acababa de pasar no significaba nada. A lo mejor no había ocurrido.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Herta Muller y Rivka Galchen.
Hola! Este año conocí el boletín a través de tu instagram y a tu instagram por tu participación convoy radio. Un lujo las descripciones de los programas y el boletín semanal. Gracias por compartir u feliz 2025!
Hola! Solo paso a decir que soy gran fan del boletín, me gusta mucho y se disfruta bastante la lectura. Mi columna fav sería ¿Suerte?, y pues nada, gracias por todos los boletines del año!