Antes que nada, esto fue lo que sonó:
tan encomiable la facultad de la respiración (Epícteto) mientras dormimos. Agrega: mover las partes del cuerpo sin ruido y flotar en un arroyo verde y liso en una barca silenciosa —Lorine Niedecker Traducción de Gloria Gervitz
El libro de esta semana y de la semana que viene, en el Club de lectura que no es un club de lectura, es Archivo agonía, de Marina Azahua.
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Este libro es muchas cosas, y entre ellas, una novela epistolar; una “novela-archivo, elaborada a partir de un acervo documental”. R. le escribe a Gabriel Fonseca para intentar convencerlo de hacer una publicación a partir del archivo de la obra sui generis de Edith.
Una de los muchos temas que quizá indaga, entre otros temas, en los registros gráficos del instante de la muerte.
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R., la voz que nos transporta a lo largo del texto, le escribe a Gabriel, su interlocutor, esto en la Carta Núm. 3:
Un paréntesis antes de seguir, porque quiero regresar brevemente al tema del género al cual podrían pertenecer estas cartas que te envío. […] Son testigos de otro acto de testimonio sobre otro acto de testimoniar: este ritual es, pues, un fractal, una caja china, una matrioshka. Son mi propio testimonio del testimonio de Edith sobre el testimonio de la muerte de otros. Estas cartas intentan ser, más que otra cosa, un archivo. Mi propio archivo.
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Esto escribe el teórico francés Gerard Genette sobre los dos tipos de epitextos:
Lo que distingue al epitexto privado del epitexto público no es exactamente la ausencia del enfoque del público y de la intención de publicación: muchas cartas y páginas de diario íntimo se escriben presintiendo una publicación futura, y el efecto que ejerce esta presunción sobre su redacción no hace ninguna mella en su carácter privado, incluso íntimo. Lo que definirá para nosotros este carácter es la presencia interpuesta, entre el autor y el eventual público, de un primer destinatario (un corresponsal, un confidente, el mismo autor) que no es percibido como simple mediador o pantalla funcionalmente transparente, una “no-persona” mediática, pero en tanto destinatario total, a quien el autor se dirige con la segunda intención de hacer luego del publico un testigo de esta interlocución. En el epitexto público, el autor se dirige al público, eventualmente a través de un mediador; en el privado, se dirige a un confidente real, percibido como tal y cuya personalidad importa a esta comunicación, hasta influir en la forma y el contenido.
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Me levanté temprano y me desgastó la radio de mi vecina. Este es el precio por una vida diurna y “sana”. ¿Cómo concentrarme en un poema con la radio a todo lo que da?
Esto escribió Alejandra Pizarnik en su diario el 18 de junio de 1969. Y casi un año después, el 8 de junio de 1970, apunta esto:
Desorden: una de las causas consiste en no guardar las cosas en el interior de los cajones, de los estantes, etc. Como si necesitara rodearme —en el sentido más literal— de mis cosas. ¿Cuántos libros de la biblioteca? ¿Cuántos poemas y textos fuera de las carpetas? ¿Cuántas cartas fuera de los cajones? etc., etc.
Cabe agregar que, afuera, hubo (¿hoy?) un golpe de estado o algo parecido. (Alguien golpea en algún lado y los golpes me dan en mi, digamos, centro. “Hay alguien aquí que tiembla”.
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Con qué fatalidad olvidamos emociones
Eso escribe Graham Greene en el ensayo sobre el hallazgo de un revólver en el armario, los juegos de ruleta rusa y sus intentos de suicidio infantil. Más adelante, en otro ensayo del mismo libro escribe esto:
[…] for surely we choose our death as we choose our job. It grows out of our acts and our evasions, out of our fears and out of moments of courage.
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A Joyce, el irlandés James, siempre le costó mucho trabajo hacerle frente al hecho de que su hija Lucía padeciera una enfermedad mental severa. En algún momento, buscando algún tratamiento, acudió con el psicoanalista suizo Carl Jung. Según Piglia, entre las cosas que llevaron a la consulta, estaban los escritos de Lucía. James estaba en esa época trabajando en Finnegan’s Wake. Al mostrarle a Jung los textos su hija, Joyce dijo al psicoanalista que ella escribía lo mismo que él. Jung, según cuenta Piglia, leyó las hojas, se las regresó Joyce, y le respondió: “Sí, pero la diferencia es que ahí donde usted nada, ella se ahoga.”
Leímos una carta histórica, la que escribió Dostoievski el 22 de diciembre de 1849 a su hermano. Ese mismo día sufrió una falsa ejecución. Así comienza:
Aparece en el libro Paisaje caprichoso de la literatura rusa, una antología realizada por Selma Ancira y publicada por el Fondo de Cultura Económica.
Continuamos con una nueva serie en audio. Se llama “Un olor”. Una postal auditiva que nos cuenta sobre cualquier olor. El favorito o el despreciado. Explicado o mencionado. Un olor. En esta ocasión, la postal la envía Guillermo Espinosa Estrada:
Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 53% de ustedes dicen que en días de trabajo, se despiertan entre las 6 y las 8am.
El 33% de ustedes dicen que en días de trabajo, se despiertan antes de las 6am.
El 12% de ustedes dicen que en días de trabajo, se despiertan entre las 8 y las 10am.
El 2% de ustedes dicen que en días de trabajo, se despiertan después de las 10am.
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
O bien somos capaces de desactivar al Gran Autómata, o no habrá humanidad digna de ese nombre; quizá no habrá humanidad en absoluto.
El capitalismo no produce valores de uso para la satisfacción de las necesidades humanas, sino valores de cambio para la maximización del beneficio.
Crecimiento no es lo mismo que desarrollo y el desarrollo no necesariamente requiere de crecimiento.
Significa ahora mucho más que el principio y el final de una existencia registrada en un archivo olvidado en un país olvidado.
Nunca sabes cuándo te has librado de las trampas de una vida pasada, porque vuelven de manera subconsciente.
Pero no hay que dar por sentado que son como elementos que se combinan en un laboratorio para producir una sustancia y crear una pintura resistente y decorativa o una explosión según el imperativo de cada época.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Jorge Riechmann y Nadine Gordimer
El mejor de nosotros