Antes que nada, esto fue lo que sonó:
la lengua se multiplica contra el peso que la sostiene tensando la herida de renacer latigando comisuras resecas y aquietándose bajo su cielo de paladar como si hubiera hora para el silencio —María Auxiliadora Álvarez, “hora de silencio”
Debemos a Simónides de Creos la invención de aquella mnemotecnia primigenia: el palacio de la memoria. Y a Frances A. Yates un relato ameno de la tragedia —quizá ficticia— que dio pie a la invención. Quizá todo ficticio. Lo que no es ficticio es el libro de la historiadora nacida en Portsmouth. La anécdota es famosa, y aparece al inicio de El arte de la memoria. Por si no la conocen, aquí va:
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Otro dispositivo de la memoria, las cajas negras de los aviones. Los primeros prototipos son de 1939. En los cuarenta hubo experimentos para registrar los datos de vuelo de aviones militares, pero fue hasta la década de los cincuenta que el investigador australiano David Warren hizo los primeros prototipos modernos, con un registro de voces en la cabina y otro de datos de vuelo.
Actualmente los aviones comerciales cargan dos cajas negras. Tienen capacidad para grabar dos horas de voces y veinticinco de datos de vuelo, cuestan entre 10 y 15 mil dólares, y no son negras: están pintadas color naranja internacional.
Quizá de algo les servirán estos datos.
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En Portsmouth hubo un emplazamiento romano en la isla en tiempos del imperio. Era un fuerte conocido como Portus Adurni. Y este fuerte data de la época de Carausio, un militar que se autonombró el “Emperador del Norte”, controló por siete años el destino de Britania y fue asesinado por Alecto, su contador —otros dicen que se trató de su ministro de finanzas—.
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Dice Mary Beard en su libro Emperador de Roma:
Los autores romanos mencionan numerosos “bufones” que formaban parte de la diversión [de las cenas imperiales], entre ellos algunos bromistas llamados copreae, que significa, literalmente “mierdecillas”.
Y más adelante:
Vespasiano tenía una expresión tan forzada que parecía que estuviera esfuerzos para aliviarse (“Te contaré un chiste cuando termines de cagar”, le dijo un agudo bromista en una ocasión). Domiciano tenía una barriga prominente, piernas delgadas y muy poco cabello. Incluso escribió un libro Sobre el cuidado del cabello que incluía secciones sobre cómo aceptar la calvicie. Por desgracia, no se ha conservado.
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El cuerpo guarda su secreto, esa nada, ese espíritu que no está alojado en él sino que está esparcido, expandido, extendido completamente a través suyo, de modo que el secreto no tiene ningún escondite, ningún repliegue íntimo donde un día sería posible ir a descubrirlo. El cuerpo no guarda nada: se guarda como secreto. Por eso el cuerpo muere y se lleva su secreto a la tumba. Apenas si nos quedan algunos indicios de su pasaje.
Este es el indicio número 41 de Jean-Luc Nancy en su libro sobre el cuerpo.
El libro de la próxima semana y de la que sigue será Desayuno de campeones, de Kurt Vonnegut.
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También leímos en “En el bosque”, el cuento de Ryunosuke Akutagawa. Aquí está completo. El cuento lo publicó por primera vez en 1922. Este, y no Rashomon, fue el cuento que inspiró a Akira Kurosawa a filmar la película homónima. Aquí, Kurosawa habla sobre su película:
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
El elemento anatómico de la semana: Polígono de Willis
El elemento meteorológico de la semana: Jazri
Insulto de la semana: Bejín
El ser vivo de la semana: Oreophoetes peruana
La tonalidad ascendente: Naranja internacional
La tonalidad descendente: Verde menta
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
Es aterrador tratar de ser tú misma y esperar que eso sea suficiente.
No quiero ocupar espacio. Quiero pasar desapercibida. Quiero esconderme. Quiero desaparecer hasta obtener el control de mi cuerpo.
Tanto las prácticas primitivas como las actuales buscan estados mentales en los que la conciencia sea distinta de la normal.
Estoy decidida a ser más que un cuerpo, más que todo lo que mi cuerpo ha soportado, en lo que se ha convertido.
Con el tiempo, también tendremos que cambiar nuestro comportamiento con la gente que nos encontremos, procurando ser cordiales y respetuosos con todo el mundo, sin dejarnos absorber demasiado por las pasiones de los demás.
Únicamente mediante el conocimiento de uno mismo y descubriendo las propias cualidades y capacidades así como los defectos y limitaciones propios, será capaz de dirigir cada situación con plena seguridad.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Roxane Gay y Lucia Pavesi.
🫶🏻
Gracias Pablo ! Soy muy fan de tu newsletter y obvio del TSH