TSH 16.10.24
Antes que nada, esto fue lo que sonó:
Para matar un pájaro toma unas tijeras tan grandes como su envergadura. No se las claves en el pecho ni tajes su garganta. Corta sus alas. La nostalgia del vuelo hará que se arroje por el desfiladero. —Francisco Hernández, “Para matar un pájaro”
El libro de estas semanas es Enero, la novela de Sara Gallardo.
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“Hablan de la cosecha y no saben que para entonces y ano habrá remedio —piensa Nefer—; todos los que están aquí, y muchos más, van a saberlo y nadie dejará de hablar”. La angustia le numbla los ojos y lentamente dobla su cabeza, mientras con la mano arrea modestos rebaños de miguitas por el hule gastado de la mesa.
Así comienza este novelón de noventa y tantas breves páginas. Una novela que, como su título hemisféricamente específico, sugiere la llegada de un verano y la antesala de intensidades abrasadoras. Sara Gallardo tenía veintitres, veinticuatro años cuando escribió Enero. Se publicó en 1958. Para entonces ya estaba casada, y ya había nacido y fallecido su primera hija.
En el libro Sara Gallardo. La mujer de humo, excelente recopilación de testimonios, fuentes primarias y secundarias sobre Gallardo, Josefina Fonseca, la autora, se entrevista con muchas personas, entre ellas Luis Pico Estrada, su primer marido. Y cuenta esto:
La publicación de Enero llegó casi en simultáneo con el nacimiento de Delfina, su primera hija. Y los sucesos volvieron a la publicación un “hecho pálido” para Sara: según cuenta Luis, la beba lloraba; desde la ora ala de la casa la abuela advertia que lloraba demasiado, pero a ellos les pareció “una cosa de viejos”. Desde que descubrieron que Delfina sufría una infección mortal hasta que todo terminó pasaron varios meses de internación, de noches en vela, de agonía.
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Nefer, víctima de un abuso e infatuada con un hombre que no la corteja ni le , busca algún alivio no solo para su embarazo no deseado, sino también para la posibilidad de hablar sobre él. La posibilidad misma de enunciar lo que le pasa es un punto de tensión que nos arrastra, nos jalonea. Llegó un momento en el que lo único que pude hacer fue hablarle directamente a ella en el margen del libro:
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Sara Gallardo escribió sin que la amedrentase su pertenencia de clase, ni descender de los patrones de estancia —que, a su vez, descendían de quienes organizaron la nación a capa y espada—, ni su condición de mujer. Escribió con independencia dentro y más allá de los límites de su clase, con una honestidad y una valentía asombrosas. Y su obra, disonante dentro del canon y olvidada en ciertos momentos, permanecerá por su rareza, su candor y su excelencia
Esto escribe Inés Arteta en su reseña para la revista Otra parte.
Leímos también un clásico: la primera de las diez cartas que Ranier María Rilke le envió al joven Franz Xaver Kappus. Así comienza:
Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 27% de ustedes dicen que son como peces en el agua cuando se trata de nadar en el mar.
El 50% de ustedes dicen que nomás se meten a la orillita cuando se trata de nadar en el mar.
El 17% de ustedes dicen que no se meten al mar, ya sea porque les da miedo o porque “le tienen respeto”.
El 1% de ustedes dicen que no conocen el mar o no saben nadar.
Regresó la columna, ¿Suerte?, una oferta de datos y hechos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
La cifra de la semana: 122 años con 164 días, el tiempo de vida de la persona más longeva documentada de la historia. Jeanne Marie Calment nació en Arles, Francia en 1875. Murió en ese mismo sitio en 1997.
El personaje mitológico de la semana: Ruc, la enorme ave de presa de la mitología persa.
La doctrina filosófica de la semana es: Pirronismo
El símbolo ortotipográfico de la semana es: El obelisco o la daga (unicode U+2020)
El objeto astronómico de la semana es: La nebulosa la tortuga.
La tonalidad ascendente de la semana: Aguamarina oriental
La tonalidad descendente: Habano
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
Pues las cosas no son, desde luego, iguales para el que siente amistad, que para el que experimenta odio, ni para el que está airado que para el que tiene calma.
El llenar de elogios lo que parece que uno pide y, si no se tiene éxito, seguir insistiendo: todas estas cosas son, ciertamente, signos de mezquindad.
De repente capto una imagen en el espejo y no la identifico conmigo. ¿Cómo explicar lo que veo?
Porque todos los hombres, cuando poseen algo, tienen por costumbre acrecentarlo, y la nobleza comporta una honorabilidad que viene de los antepasados.
Soy este presente raro y largo que no me permite ver hacia dónde se dirige y en el cual estamos contenidos.
Ordenar con infinita paciencia los objetos que va uno adoptando a lo largo del día, de la costumbre, de la vida.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Aristóteles y María Luisa Puga.