TSH 15.08.23
Antes que nada, esto fue lo que sonó:
De todo nuestro mundo bañado de sol no deseo más que un banco de jardín con un gato tomando el sol… Ahí estaría sentada con una carta sobre el pecho, una única carta breve. Así es mi sueño… —Edith Södergran, “Un deseo”
El programa de esta semana fue un popurri de varios temas y distintas lecturas. Por ejemplo, hablamos de las peculiaridades sobre pedir prestado —dinero, pero también otros tipos y modos de ayuda—. Sobre la vergüenza y la desfachatez que implica, sobre las inseguridades y el narcisismo, sobre la frecuencia y la facilidad.
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Según un estudio publicado en la revista Psychological Science, que incluye seis experimentos que involucran en total a dos mil participantes, quienes piden ayuda subestiman la disposición de sus conocidos o de personas extrañas para ayudarlos. Así lo publicó el New York Times. Estamos desaprovechando las reservas de solidaridad y camaradería que existen ahí en el mundo, parece ser.
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Pedir es deber. Qué siniestra suena la frase: “uno tiene que pagar lo que debe”. Parece una sentencia pronunciada por el tío libertario, la frase al inicio de una película de folclor terrorífico y el lema en una placa hallada en el umbral de unas mazmorras antiguas halladas en alguna excavación. Pero también lo decimos en el día a día. Convivimos y quizá damos forma a nuestras relaciones en función de ella.
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El hijo tomó la pata de mono y la examinó atentamente.
—¿Y qué tiene de extraordinario? —preguntó el señor White quitándosela a su hijo, para mirarla.
—Un viejo faquir le dio poderes mágicos —dijo el sargento mayor—. Un hombre muy santo… Quería demostrar que el destino gobierna la vida de los hombres y que nadie puede oponérsele impunemente. Le dio este poder: Tres hombres pueden pedirle tres deseos.
Habló tan seriamente que los otros sintieron que sus risas desentonaban.
—Y usted, ¿por qué no pide las tres cosas? —preguntó Herbert White.
El sargento lo miró con tolerancia.
—Las he pedido —dijo, y su rostro curtido palideció.
—¿Realmente se cumplieron los tres deseos? —preguntó la señora White.
—Se cumplieron —dijo el sargento.
—¿Y nadie más pidió? —insistió la señora.
—Sí, un hombre. No sé cuáles fueron las dos primeras cosas que pidió; la tercera fue la muerte. Por eso entré en posesión de la pata de mono.
Uno de los pasajes del famoso cuento de W.W. Jacobs, “La pata de mono”. Sí, esa pata de mono:
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Así cierra su libro sobre la deuda, titulado Debt: the First 5,000 Years, David Graeber:
What is a debt, anyway ? A debt is just the perversion of a promise. It is a promise corrupted by both math and violence. If freedom (real freedom) is the ability to make friends, then it is also, necessarily, the ability to make real promises. What sorts of promises might genuinely free men and women make to one another ? At this point we can't even say. It's more a question of how we can get to a place that will allow us to find out. And the first step in that journey, in turn, is to accept that in the largest scheme of things, just as no one has the right to tell us our true value, no one has the right to tell us what we truly owe.
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En un ensayo breve y repleto de pliegues y giros y erudiciones, Marcelo Cohen escribe sobre la lectura en el transporte público. Más que análisis, paseo, paisaje: lee la lectura en el transporte público.
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Para la sección de proyectos colectivos por realizar: un atlas, actualizable e inútil, que sitúe en las páginas de un mapa digital (¿o físico?) los avistamientos de personas leyendo en la localidad que uno habita. El detalle de cada registro podría (¿debería?) incluir la fecha y la hora, de ser posible los datos bibliográficos de la obra en proceso de lectura. Nada más.
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También leímos el intensísimo cuento “Estío”, de Inés Arredondo. Así dice en algún momento:
Nunca se me hubiera ocurrido bajar a bañarme al río, aunque mi propia huerta era un pedazo de margen. Nos pasamos la mañana dentro del agua, y allí, metidos hasta la cintura, comimos nuestra sandía y escupimos las pepitas hacia la corriente. No dejábamos que el agua se nos secara completamente en el cuerpo. Estábamos continuamente húmedos, y de ese modo el viento ardiente era casi agradable. A medio día, subí a la casa en traje de baño y regresé con sándwiches, galletas y un gran termo con té helado. Muy cerca del agua y a la sombra de los mangos nos tiramos para dormir la siesta.
Abrí los ojos cuando estaba cayendo la tarde. Me encontré con la mirada de indefinible reproche de Julio. Román seguía durmiendo.
–¿Qué te pasa? –dije en voz baja.
–¿De qué?
–De nada –sentí un poco de vergüenza.
Julio se incorporó y vino a sentarse a mi lado. Sin alzar los ojos me dijo:
–Quisiera irme de la casa.
Me turbé, no supe por qué, y solo pude responderle con una frase convencional.
–¿No estás contento con nosotros?
–No se trata de eso es que…
Román se movió y Julio me susurró apresurado.
–Por favor, no le diga nada de esto.
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Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 12% de ustedes dicen que hace menos de un mes pidieron una fuerte suma de dinero prestada (la mitad de su salario o más).
El 31% de ustedes dicen que hace menos de un año pidieron una fuerte suma de dinero prestada (la mitad de su salario o más).
El 24% de ustedes dicen que hace menos de cinco años pidieron una fuerte suma de dinero prestada (la mitad de su salario o más).
El 34% de ustedes dicen que no han pedido una fuerte suma de dinero prestada, que siempre andan solventes.
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
El elemento anatómico de la semana: Islotes de Langerhans
El elemento meteorológico de la semana: Shamal
Insulto de la semana: Vanistorio
El ser vivo de la semana: Etheostoma phytophilum
La tonalidad ascendente: Albaricoque
La tonalidad descendente: Malaquita
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
Según todas las apariencias externas, la vida es una chispa luminosa entre dos oscuridades eternas.
Si mi conciencia del futuro y el pasado me hace menos consciente del presente, debo empezar a preguntarme si estoy viviendo de veras en el mundo real.
Hay ocasiones en las que casi todos envidiamos a los animales, porque ellos sufren y mueren, pero no parece que hagan de eso un “problema”.
Los motivos del silencio están teñidos con los miedos de cada cual: miedo al desprecio, a la censura, a la crítica, o al reconocimiento, al reto, a la aniquilación.
Nos vemos en la necesidad de repetir y volver a aprender las lecciones que ya sabían nuestras madres porque no transmitimos lo que aprendemos o porque somos incapaces de escuchar.
Lo erótico no se puede experimentar de segunda mano.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Alan Watts y Audre Lorde.