Antes que nada, esto fue lo que sonó
Vi una pelota
igual a todas
que el viento se llevaba
mar adentro.
Después de perseguirla
una milla marina
colores de planeta y África
tiraban de la punta
de mis dedos.
Y yo pensaba:
si te sigo, muero.
–Héctor Viel Temperley, “Vi una pelota”
El libro de esta semana fue El acontecimiento, de Annie Ernaux.
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Qué libro y qué prosa tan descolocante. La narración de la angustia, los movimientos cotidianos que esconden una clandestindad trascendente, y todo dicho con palabras muy precisas. ¿Dónde está la emotividad del adjetivo?
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A los 23 años, Annie Ernaux descubre que está embarazada y sabe que no quiere tenerlo. Abortar en ese momento en Francia es un crimen, tanto para la personas que lo realiza como para lo mujer que decide hacerlo. Annie Ernaux, protagonista de la trama, recuerda y revisa los registros del pasado –la agenda y el diario de esa época, las cartas, los recuerdos– para lograr “sumergirme de nuevo en aquel periodo de mi vida, saber lo que descubrí entonces”.
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La última persona en ser ejecutada por haber practicado abortos fue Marie-Louise Giraud. El Estado la guillotinó el 30 de julio de 1943 en la cárcel de la Roquette.
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Es un libro memorialista, pero no es confesional. No es una narrativa que haga de la confesión su motivo. En alguna conversación la autora Annie Ernaux dijo que en sus novelas intentaba ejercer una mirada sociológica al plantear los episodios de su vida. Que justamente no quería hacerlos confesionales. ¿Porque? ¿Qué trae una confesión? ¿Qué se hace cuando se enuncia una confesión? ¿Qué está sucediendo en la prosa, en la escritura cuando se hace una confesión?
Al contrario, con esa mirada que practica sobre sí misma, la autora Annie Ernaux, realiza una operación mucho más complicada. Una que inserta la duda. Porque la confesión no duda. La confesión enuncia. La sociología cuestiona, analiza. La confesión no se analiza, se cree, se testifica.
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En alguna entrevista dijo
Decir la verdad es el trabajo de una novelista. Algunas veces no sé qué verdad estoy buscando, pero siempre estoy buscando una verdad.
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La madre de la autora Annie Ernaux, –de clase trabajadora y muy esforzada–, dejó la escuela antes de los 15 años y era una ávida lectora. Solía lavarse las manos antes de comenzar a leer un libro, recuerda Ernaux.
El libro de la próxima semana //20 de abril//: El silenciero, Antonio Di Benedetto
Y para dentro de dos semanas //27 de abril//: ¿Por qué no podemos dormir?, Darian Leader
Una nueva entrega de la columna de opinión semanal: Por eso, pero ¿cómo?, la serie de consejos no solicitados para problemas cotidianos.
Por eso, pero ¿cómo lidiar con el exceso de empaques y envoltorios?
Nunca hay exceso de empaques y envoltorios; lo que hay es falta de imaginación.
Si se trata de un envoltorio pequeño, plástico o de cartón, y sirvió, por ejemplo, para proteger algún documento impreso: mire qué bonito su nuevo portafrutas personal.
Si son charolas del tipo que contuvieron seis docenas de galletas, puede ponerlas una junto a la otra e inaugurar la caja de documentos por procesar y la caja de documentos procesados.
Si son de esas construcciones mitad cartón mitad unicel con las que se transportan electrodomésticos, cutter y listón mediante, está usted viendo un posible refugio anti aéreo.
Ahora bien que si ninguna de estas opciones le satisface y le parece que la imaginación está sobrevalorada, tiene la opción de entregarlas en donativo a una persona que tenga la imaginación que usted no tiene.
Por ejemplo, una buena cantidad de envolturas aluminizadas de frituras son, para las mentes más despiertas, una guirnalda de banderines que anuncian que esta propiedad está en venta o que sirve para decorar una pared en un cumpleaños
O mire nomás el desperdicio… esos botes de plástico rígido que tuvieron sus multivitamínicos son mis nuevos soportes para elevar el teclado de la computadora del escritorio y aliviar el dolor de espalda y de muñecas.
El cartón, ese es otra cosa.
Una nueva entrega de la columna Los libros no se rayan:
Este es mi doble deseo: que el acontecimiento pase a ser escritura y que la escritura sea un acontecimiento. (Michel Leiris)
Me doy cuenta de que el relato me arrastra e impone, sin darme cuenta, un sentido: el de la desgracia que se ha puesto en marcha de forma ineluctable (Annie Ernaux)
Ver con la imaginación o volver a ver por medio de la memoria es el patrimonio de la escritura (Annie Ernaux)
The cause of a future evente is a past event such that the future event would not follow in a world that was exactly the same except for this cause (Carlo Rovelli)
Por favor, opine sobre el boletín. ¿Así va bien? ¿Qué le hace falta? ¿Qué le sobra? De antemano, gracias.
Hola Pablo. La semana pasada iba a escribirte, me quedé en el iba. De pronto hay semanas que parecen que no pasaron y que lo que uno "iba a hacer", se convierten en lo que no se hizo. Espero poder aprovechar estos días para entrarle al club de lectura, saludos!