Antes que nada esto fue lo que sonó:
Quiere la cal a veces un siglo de pura sombra cansada ya de vivir blanca enamorando granos de sal contra el viento y los días. —Jesús Gardea
El libro de la semana es MANIAC, de Benjamín Labatut.
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Los tres textos que componen el libro tienen altas dosis de tragedia. El primero, el dedicado a la vida de Paul Ehrenfest, lo es particularmente. O, digamos, el relato histórico del personaje Ehrenfest lo era ya. El desmoronamiento de su estado mental, el desmoronamiento de la vida civil en Alemania y en Austria durante el inicio de la década de los treinta hallan una simetría fatal con este episodio narrado por Labatut. Ehrenfest conoce a Nelly Posthumus Meyjes, una historiadora del arte con quien tendrá una relación. Y la conoce mientras ella pronuncia un conferencia sobre un mito pitagórico “que hablaba del descubrimiento de lo irracional y de la ausencia de armonía en el mundo”.
Según Nelly, si llegabas a descubrir algo que rompía con la armonía de la naturaleza, algo que negaba por completo el orden natural, jamás debías hablar de ello, ni siquiera contigo mismo; al contrario, debías hacer todo cuanto estuviera a tu alcance para borrarlo de tus pensamientos, purgar tu memoria, vigilar cada una de tus palabras, e incluso montar guardia durante tus sueños, para evitar que la ira de los dioses cayera sobre ti. La armonía de la naturaleza debía ser preservada sobre todas las cosas, porque era más antigua que los titanes, más sabia que el Oráculo, más venerable que el monte Olimpo y tan sacrosanta como la energía que recorre y anima al cielo, la Tierra y el inframundo.
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En un interesante recuento escrito por uno de los protagonistas y divulgadores de la física moderna, el austro-estadounidense Victor Weisskopf y publicado en la revista Science en 1970, da cuenta del vértigo que supuso el siglo XX para su área de estudio.
En física, el siglo XX comienza realmente en el año 1900. Esta fecha no es casual: es el año de publicación del famoso artículo de Max Planck sobre el quantum de acción, el año del nacimiento de la teoría cuántica.
Y después hace un listado de los grades éxitos de la física del primer cuarto de siglo:
El cuanto de acción de Planck en 1900, la teoría de la relatividad especial de Einstein en 1905, el descubrimiento de la estructura atómica por Rutherford en 1911, las órbitas cuánticas de Bohr y la explicación del espectro del hidrógeno en 1913, la relatividad general de Einstein en 1916, la primera transformación nuclear de Rutherford en 1917, la explicación de Bohr de la tabla periódica de elementos en 1922, el descubrimiento de la mecánica cuántica por De Broglie, Heisenberg, Schrôdinger y Bohr en 1924-26, el principio de exclusión por Pauli en 1925, el espín del electrón por Uhlenbeck y Goudsmit en 1927, la mecánica cuántica relativista de relativista de Dirac en 1928, la teoría del enlace químico de Heitler-London en 1927, la teoría de la conductividad metálica de Bloch y Sommerfeld en 1930. Detengámonos aunque el ritmo de progreso no se detuvo en ese año. Siguió otros diez años, antes de ralentizarse hasta el ritmo relativamente lento de hoy.
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Elias Canetti, en su libro sobre las cartas de Franz Kafka a Felice Bauer,d escribe un periodo de particular entusiasmo de Franz.
Dos noches después de escribirle [a Felice] su primera carta, escribe La condena, de un tirón, en una noche, en diez horas. Se podría decir que con esta obra ha establecido su conciencia de si mismo como autor. Se la lee a sus amigos, se revela a sus ojos el carácter indudable de la obra, nunca ha renegado d ella, como de tantas otras. La semana siguiente surge El fogonero, y a lo largo de los dos meses siguientes otros cinco capítulos de América, un total, por lo tanto, de seis. Durante una interrupción de quince días en el trabajo en la novela, escribe La metamorfosis.
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There were thousands in Weimar—professors, industrialists, politicians— who hated the Nazis but did not love the Republic. Well-educated, intelligent, reluctant to exchange the values of the Empire for the dubious dispensations of democracy, many of these men were paralyzed by their conflicts and pursued, through the years of Weimar, public careers of honorable impotence punctuated by fitful activity. They learned to live with the Republic, judged its advent ahistorical necessity, and respected some of its leaders, but they never learned to love it, and never believed in its future. They came to be called “rational republicans”—Vernunftrepublikaner— republicans from intellectual choice rather than passionate conviction.
Esto escribe Peter Gay en Weimar Culture, su estudio sobre ese peculiar periodo en la historia de Europa en el siglo XX
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Dos aforismos de Cioran que me parecieron apropiada compañía a la lectura de esta semana: “Plutarco, hoy escribiría las Vidas paralelas de los fracasados” y “La historia de las ideas es la historia del rencor de los solitarios.”
También leímos un cuento desgarrador de Selva Almada. Se titula “Las luces”. Así comienza:
La última vez que la vimos a la Romi fue ese fin de semana en lo del tío Daniel. La Romi no es parienta nuestra, es la hija de la novia del tío. Pero con nosotros era una más, como hubiera sido una prima si hubiésemos tenido prima. Yo y Luis somos hermanos (el burro adelante para que el de atrás no se espante). Tapita es primo nuestro y único hijo. Y Nelson también es primo y tiene hermanos pero son más grandes así que no se juntan con nosotros. El grupo cuando íbamos al campo, a lo del tío Daniel, éramos nosotros cuatro y la Romi. Que era como nosotros, pero mujer. Usaba el pelo corto, sabía jugar a las pulseadas, andaba a caballo y a veces hasta usaba nuestra ropa porque era más cómoda, decía. Mi madre, que no la quiere a la novia del tío, decía que la Romi era una machona. Igual qué sabrá ella.
Aquí está completo.
Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 11% de ustedes dicen que juegan juegos de mesa, —no videojuegos ni en el teléfono— cada semana o hasta más seguido.
El 34% de ustedes dicen que juegan juegos de mesa, —no videojuegos ni en el teléfono— rara vez, una o dos veces al año.
El 38% de ustedes dicen que juegan juegos de mesa, —no videojuegos ni en el teléfono— como cada dos o tres meses.
El 18% de ustedes dicen que nunca juegan juegos de mesa, —no videojuegos ni en el teléfono— .
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
Muchas personas se preocupan más de tener y mantener una apariencia normal que de que su cuerpo esté a gusto.
Todo el mundo vive en el centro de múltiples intersecciones, y eso impacta en cómo cada cual ve y vive sus relaciones.
Cuando no tenemos miedo a que una cosa «buena» que estamos haciendo pueda ser en realidad «mala» somos mucho más capaces de percibir de forma abierta y honesta nuestros patrones.
El propagandista a la vieja usanza, sirviéndose casi en exclusiva del atractivo de la palabra impresa, trataba de convencer a un lector en concreto de que comprase un artículo en particular inmediatamente.
Hay soberanos invisibles que controlan los destinos de millones de personas.
El enemigo jurado de cualquier intento de cambiar los hábitos humanos es la inercia. La civilización está constreñida por la inercia.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Meg-John Baker y Edward Bernays