TSH 10.04.24
Antes que nada, esto fue lo que sonó:
Porque estoy, porque sigo porque he sido, porque todo me viaja, me indica, me subsiste y el viejo corazón pulsa su herida; porque médulamente, frumental, incombusto, me doy, clamo, me pueblo, me complico, me encubro, me encolmeno, y porque el canto está y es éste es esto, esto que ama —qué eres, dí, corazón, eres el aire? eres el sol del aire del estío?— es que de esta manera mi niñez, mi adolescencia pálida, mi culpa nueva, mi juventud pide merced para cantar. —Abigael Bohórquez, “Merced”
El libro de esta semana y de la anterior fue Música de mierda, de Carl Wilson.
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[Kant] fue el primero en postular que los juicios estéticos son imposibles de probar por naturaleza, no se pueden reducir a la lógica. Y, no obstante, señaló, siempre parecen necesarios y universales: cuando pensamos que algo es fantástico, queremos que los demás también lo piensen.
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Así explica Wilson la evolución de la idea de “juicio estético”:
To oversimplify wantonly, the disenchantment begins with the severing of visual art and music in particular from their religious role, in which the Church (and, rhetorically, God) is the ultimate art critic. After the Enlightenment, art gradually moves from an aristocratic status to a bourgeois one. The Romantics, in reaction, celebrate artistic genius as an autonomous agent of revelation, proudly outside society. Modernism gives that outsider status a harder edge: Art’s mission becomes not just to reveal higher truth but also to attack social falsehood. The very idea of “beauty” becomes a second-rate capitulation to bourgeois values—now ugliness, obscenity, formlessness and randomness all can be in the best of taste. Innovation becomes the yardstick, as artists continually attempt to outpace taste, to violate its terms or render it irrelevant. The belief is that to bring about a higher consciousness, it’s necessary not just to delight with newness but also to mount a shock attack on the old, bourgeois, deca- dent consciousness. As critic Boris Groys puts it, “Now it is not the observer who judges the artwork, but the artwork that judges—and often condemns—its public.”
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El grupo de dos artistas conceptuales, Vitaly Komar y Alexander Melamid realizaban obras burlonas, satíricas dentro en la Unión Soviética. Se les conoce como fundadores del Sots Art, un movimiento que echaba mano de los estilos oficiales para ironizar y plantear lecturas subversivas.
Ya en Estados Unidos, a mediados de los noventa, ambos trabajaron en una serie de obras sobre las preferencias y los desagrados del público. De ahí surgió su libro Painting by Numbers: Komar & Melamid's Scientific Guide to Art en el que explicaron la metodología de su obra. Y Carl Wilson dice:
si se trata de decidir qué estándares de gusto deben prevalecer en una sociedad diversa y democrática, se preguntaron, ¿por qué no recurrir a la mejor aproximación democrática a la ‘objetividad’: una votación popular?
El experimento de Komar y Melamid se extendió por varios países. No tocaron las sutilezas del gusto en México. En Estados Unidos, la primera de las encuestas y de los cuadros realizados, estos fueron los resultados:
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En un texto breve, Lucia Berlin hace el recuento de lo que le parecía problemático de cada una de las casas en las que habitó. Esto dice de algunas de ellas:
El Paso, Texas: Cucarachas, pasillo oscuro, tres borrachos miserables. Sequía. Inundaciones.
Patagonia, Arizona: Los murciélagos se metían dentro, se asustaban, te batían las alas en la cara. Plaga de langostas.
Acapulco, México: Luna de miel. Tres semanas de lluvia. Inundación, disentería, Mark electrocutado, más inundación.
Puerto Vallarta, México: Demasiados sirvientes, traficantes de droga. Miedo.
Princeton Street, Albuquerque, Nuevo México: El tejado se vino abajo. Desahucio.
Griegos Road, Albuquerque, Nuevo México: La quemé.
También leímos un fragmento de un relato de Thomas Ligotti. “La torre roja” se llama y así comienza:
Y aquí se puede leer completo en inglés.
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Una nueva entrega del ÍndiceTSH, un homenaje-plagio del famoso índice de la revista Harper’s: datos duros para preguntas urgentes.
El 7% de ustedes dicen que cuando tienen que trabajar en equipo, ustedes dirigen o de plano prefieren no hacer nada.
El 69% de ustedes dicen que cuando tienen que trabajar en equipo, con gusto ocupan su rol .
El 20% de ustedes dicen que ustedes odian cuando tienen que trabajar en equipo, y lo evitan a toda costa.
El 4% de ustedes dicen que cuando tienen que trabajar en equipo, se dedican al sabotaje, a ser agentes del caos.
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
El elemento anatómico de la semana: Hoz del cerebelo
El elemento meteorológico de la semana: Ábrego
Insulto de la semana: Batatoso
El ser vivo de la semana: Callinectes similis
La tonalidad ascendente: Azarcón
La tonalidad descendente: Azul Majorelle
Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
El poder de la imaginación y la empatía saludable nos permiten ver las cosas desde una perspectiva muy distinta, y nos pueden guiar e inspirar para resistirnos a la normalización de lo intolerable.
La angustia empática nos puede servir de fuerza instigadora que nos empuje hacia la acción compasiva para acabar con el sufrimiento ajeno y el propio.
La brizna diminuta que llamamos hogar es proporcionalmente poco más que eso: una mota de polvo situada cerca de los márgenes de nuestra galaxia, otra entre más de cien millones de galaxias o más en el universo.
Podemos estar en total desacuerdo con lo que dicen y hacen, y quizá no entendamos del todo quiénes son, pero a cierto nivel les valoramos como personas y nos damos cuenta de que todos hemos nacido vulnerables, y que probablemente moriremos vulnerables.
Puede que el conflicto sea la única manera a través de la cual pueda evolucionar la organización social y la inteligencia humana.
Nos deleitamos, por instinto, contando innumerables historias sobre los otros, que seleccionamos como actores y colocamos en el escenario de nuestro propio teatro interior.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Edward O. Wilson y Joan Halifax.