Antes que nada, esto fue lo que sonó…
Unas pocas palabras
Solo las esenciales
Livianas y recias
Como avispones
Que de un tiro
Atraviesen gélidas distancias
Y allá caigan como un aguacero
Que no dé tiempo de decir va a llover
Unas pocas palabras
Solamente
Te extraño no sé para qué
Que buenos vecinos la maravilla y el hastío
Cuando muera tendré por fin sótano y jardín
Unas pocas
Solamente
Porque son costosas las palabras
—Luis Ignacio Helguera, “Telegrama”
El libro de esta semana fue Demasiada felicidad, de Alice Munro.
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Alice Ann Munro ganó el Nobel en 2013, el Booker en 2009 y quizá sea la autora a la que más veces se le ha comparado con Chejov.
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El cuento que da título al libro, “Demasiada felicidad”, es una fascinante ficción de la vida de la matemática y narradora rusa Sofia Kovalevskaya.
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La pirotecnia de las historias no es retórica, o será que lo es pero en un modo cotidiano, sosegado: pirotecnia en una taza de té; dinamita en la guantera; nitroglicerina en el frasco de multivitamínicos. Las historias transitan por la vereda del realismo, del realismo siglo XX, pero tampoco portan el gafete del realismo sucio. Ni falta que les hace. El realismo de las historias de Munro es más contemporáneo de lo que parece: el realismo → → la autoficción.
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Aquí hay un ensayo temprano de Alice Munro, escrito antes de la publicación de su primer libro. Y aquí una charla breve entre Margaret Atwood y Alice Munro.
El libro de la próxima semana //15 de junio//: Historia reciente de la verdad, Roberto Blatt
Una nueva entrega de la columna Los libros no se rayan:
Mi madre tenía la costumbre de mantener vivas las flaquezas de mi lejana niñez, incluso de atesorarlas. (Alice Munro)
Supongo que la odiaba como algunas personas detestan las serpientes, las orugas, los ratones o las babosas. Por ningún motivo aceptable. No porque pudiera causar ningún daño real sino por cómo te revolvía las tripas y te hacía la vida imposible. (Alice Munro)
The first Boston “ordinary” (tavern), opened in 1630, and others soon appeared throughout the region (David G. Schwartz)
According to legend, White’s was the birthplace of one of the most widely traveled of England’s culinary creations in 1765, when John Montagu, the Fourth Earl of Sandwich, gambled for over twenty-four hours straight. Unable to tear himself from the table for dinner, he commanded a waiter to bring him a piece of meat between two slices of bread, thus letting him derive nourishment to continue playing without leaving the table or sacrificing the cards for utensils. Taking the earl’s example, other players began asking for “the same as Sandwich”. (David G. Schwartz)
Una nueva entrega de la columna, ¿Suerte?, una oferta de elementos que para los próximos seis días podrían estar acompañados de fortuna en los juegos de azar:
Los cuatro números de esta semana son: 7 - 19 - 26- 27
El diptongo de esta semana es: /uo/
El elemento químico de esta semana: Ar [argón]
La tonalidad ascendente: Granate
La tonalidad descendente: Ciervo del trullo
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