Antes que nada, esto fue lo que sonó:
Veinte hombres que cruzan un puente, Y entran a un pueblo, Son veinte hombres que cruzan veinte puentes, Y entran en veinte pueblos, O un hombre que cruza un solo puente y entra a un pueblo. Ésta es una vieja canción que no se deja conocer... Veinte hombres que cruzan un puente, Y entran en un pueblo. Son Veinte hombres que cruzan un puente Y entran en un pueblo No se deja conocer, Sin embargo tiene sentido... Las botas de los hombres chocan Con los bordes del puente. El primer muro blanco del pueblo Surge entre árboles frutales ¿En qué estaba pensando? El significado se me escapa. El primer muro blanco del pueblo... Los árboles frutales... —Wallace Stevens, “Metáforas de un magnífico”
Todavía seguimos leyendo Akira, de Katsuhiro Otomo.
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Aunque solo estamos leyendo el primer volumen de los seis que tiene la edición convencional. Los temas son vastos y las ramificaciones muchas. Por ejemplo, el cyberpunk, que nos lleva a Bruce Sterling, que nos lleva a la arqueología de medios obsoletos.
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Algo en la biografía de Otomo me parece interesante. Mucho, en realidad, pero una de ellas es cuando cuenta que su inicio en el manga se dio gracias a un libro. ¿El título del libro? How to Draw Manga, de Shotaro Ishinomori. Este último, influyentísimo entre muchos otros artistas, publicó más de 128,000 páginas en su carrera, que terminó con un infarto antes de cumplir 60 años.
Y en el tema de las influencias, según el propio autor, Akira también tiene elementos de otras obras, mangas y animes que lo acompañaron en su formación. Tetsujin 28 —conocido fuera de Japón como El Hombre de Acero o Gigantor—. Kaneda, dice Otomo, su personaje está basado en Shontaro Kaneda que aparece en el manga de Mitsuteru Yokoyama. Y también el número asignado a Akira es el 28, en honor al título de aquel manga.
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En esta entrevista de 1993, en el minuto 4:40, Otomo muestra las notas de producción del manga. Aunque las tomas no son muy claras, algo se alcanza a ver. Además habla de otros detalles interesantísimos.
Y en este maravilloso substack sobre animación, Animation Obsessive, hablan de los storyboards de Otomo para la confección de la versión animada de Akira.
The way Otomo constructed the Akira film was less as a traditional story, with specific lead characters, and more as a study of a world. “I wanted to put together something more along the lines of idle ramblings on Neo Tokyo itself,” he said at the time. That meant decentering the main protagonists. In a later interview, he characterized Akira as a fundamentally technical visual experiment:
I thought of it more as a visual work than as an animation. It was less about making the characters move than about the edits and things you have in a live-action film. I wanted to do something more technical with the visuals. Of course, we do animate the characters. [...] The thing is, it’s not really a... What would you call it? It’s not really a character piece. Not a character piece? Well, not a hero piece, I mean. In a hero piece, he shows up and he looks cool and all that. In Akira, there isn’t a hero like that. I wanted to create this movie as more of a total visual piece.
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¿Cómo definir el cyberpunk? Quizá la versión simplificadísima —y cuándo no son una simplificación las etiquetas como esta—, sea: tecnología de vanguardia + distopía = cyberpunk
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Esto dice Bruce Sterling en el prólogo a su antología dedicada al tema, Mirrorshades:
Como la música punk, el cyberpunk es, en cierto sentido, una vuelta a las raíces. Los cyberpunks son quizá la primera generación de la ciencia ficción que ha crecido no solo con esa tradición literaria sino que además vive en un auténtico mundo de ciencia ficción. Para ellos, los recursos de la 'ciencia ficción dura', las extrapolaciones y la alfabetización tecnológica no son solo herramientas literarias, sino también una ayuda para la vida cotidiana. Son vías de conocimiento, y muy apreciadas.
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Sterling, en su vasta obra, estuvo al frente de un proyecto conocido como The Dead Media Project, un compendio de subrayados, textos, mensajes y notas sobre medios ya obsoletos, caducos, muertos y conocidos solo como piezas arqueológicas o rumores d la historia. Los cilindros de cera de Edison, los tubos pneumáticos para mensajería o los quipus incas.
Es interesante que ahora ese repositorio es un cascaron descontinuado. Un archivo casi muerto, disponible para consulta, pero en efecto congelado en el tiempo. El Dead Media Project completó el círculo, quizá, al poderse incluir en sí mismo.
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A Kentucky bookbinder and printer, Timothy Hawley Books, offers a line of what it calls bibliocadavers: handsomely bound volumes whose blank or printed pages are created from a pulp containing the ashes of a loved one.
Además, leímos algo sobre los calendarios de pared del gran Carlos Monsiváis. Así comienza.
Este ensayo se enfoca, como dice el título, en la obra de Jesús Helguera. Obra que sin duda habrá visto en algún establecimiento mercantil de su infancia; en su propia casa incluso. Por ejemplo, obras como esta.
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Una nueva entrega del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana. Se trata de un formato simplificado, de seis signos agrupados según cada dos meses calendario ahora, como servicio a la comunidad, aquí la frase que según los arcanos de este Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, influirá o calificará lo que resta de su semana:
Todos los árboles respetan un límite, una zona de no agresión de algunos centímetros para evitar herirse entre ellos y entre sus hojas se percibe el cielo.
Así que separarse, convertirse en un ser múltiple es la única solución.
Muchos árboles producen semillas muy ligeras, que son transportadas por el viento, a veces a distancias de kilómetros, como las sámaras de los arces. Este fenómeno recibe el nombre de anemocoria.
¿Cómo hacer para comenzar a producir no tanto una visión totalizadora de la historia, sino un lenguaje de conexión entre miradas parciales?
¿Acaso ha existido alguna vez un lenguaje más cargado de palabras espurias e inventadas, carentes de un significado concreto, que este?
La objetivación es el proceso social que da forma al mundo de acuerdo con las necesidades de los seres humanos. La alienación, en cambio, no se refiere a la objetivación del trabajo, sino al proceso de enajenación que priva al trabajador del objeto de su trabajo.
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Para esta edición del Milenario e Infalible Zodiaco de la Desgana, se consultaron a dos arcanos: Laurent Tillon y McKenzie Wark.
Por aquello del cyber punk, me imagino a Daryl Hannah dando marometas en Blade Runner!